Mi tonta esposa es una genio

Mi tonta esposa es una genio

En proceso

Multimillonario

Introducción
Para vengarse y encontrar la verdad, Claire pretendió tener discapacidad mental y se casó con Tyree de la familia Barton. Claire y Tyree estaban en un matrimonio arreglado. Eso significaba que no había amor entre ellos. Cuando Tyree vio a la torpeza de Claire, se enfadó tanto que le pidió el divorcio, ya que él era un genio de los negocios. ¿Cómo podía tener a una mujer de discapacidad mental como esposa? Sin embargo, lo que Tyree no sabía era que el talento de Claire estaba muy por encima del suyo, como genio médico, pianista, inversora, hacker... Lo que ella podía hacer iba mucho más allá de su imaginación. Y en el proceso de llevarse bien con ella, Tyree fue descubriendo poco a poco el verdadero rostro bajo la máscara de su "esposa"...
Abrir▼
Capítulo

En la casa de la familia Barton.

Claire llevaba puesto un vestido exquisito, pero la expresión en su rostro era infantil. 

Ella jugueteaba con los vasos en la mesa y los deslizaba torpemente hacia la persona que se encontraba sentada frente a ella. “V-vidrio…”. 

Al hablar, la mujer babeaba por la comisura de su boca. 

Las cicatrices en forma de cruz que tenía en el rostro, eran aún más difíciles de ignorar. 

“De modo que para mostrar su gratitud, ¿él realmente me pidió que me casara con esta tonta?”. 

Tyree ignoró a la chica, tomó los informes que tenía en la mano, les dio un vistazo rápido y los hizo a un lado. En definitiva, él no aceptaría esto.  

¡Su coeficiente intelectual era de apenas 50 puntos! Eso lo alteró aún más.  

Cabe destacar que la mujer tenía una piel clara y hermosa, pero no podía dejar de babear. El simple hecho de verla resultaba repugnante. 

El mayordomo explicó: “Tu abuelo dijo que Claire fue quien le salvó la vida… así que…”. 

Resulta que hacía un mes, el Sr. Barton había vuelto a su ciudad natal para realizar un retiro espiritual, pero se perdió en las profundidades de las montañas. 

Sus familiares enviaron grupos de búsqueda para que exploraran durante días y noches, pero no pudieron encontrarlo dado que el clima era lluvioso. Cuando la lluvia cesó, el Sr. Barton apareció en perfecto estado de salud, pues una chica lo encontró y lo resguardó. 

Se trataba de Claire Gregory. 

“¿Entonces, él está usando mi matrimonio con ella como una especie de recompensa?”. 

Tyree se levantó del sofá con una mirada severa y sin siquiera mirar a Claire, ordenó: “¡Sáquenla!”. 

“Señor… pero… ¡la señora ya es su esposa!”. 

Mientras el mayordomo hablaba, rápidamente buscó el certificado de matrimonio. 

El Sr. Barton sospechaba que Tyree no iba a estar de acuerdo, por ende, preparó el documento con anticipación. Eso significaba que todo ya estaba decidido y que no podría hacer nada al respecto.

De repente, la atmósfera de la sala de estar se tornó silenciosa. 

El joven arrebató el certificado de la mano del hombre y lo miró. Se sentía tan furioso que quiso romperlo en pedazos con sus delgadas manos. 

El mayordomo bajó la cabeza, luciendo incapaz de hacer algo.

Se sabía que el chico era muy astuto y poderoso en el mundo de los negocios, pero a sus treinta y dos años, aún seguía soltero. Incluso se decía que le gustaban los hombres. 

Por ello, el Sr. Barton hizo tal cosa; solo para frenar tales comentarios.  

Pero, ¿quién se iba a imaginar que la esposa que le encontraría fuera una tonta? 

“Si no vas a beber nada, ¿quieres un dulce?”. 

En ese momento, Claire, quien estaba al lado de la mesa, se acercó de repente a Tyree. Sus ojos eran brillantes y sostenía una piruleta en la mano. 

Tan pronto como sus miradas se encontraron, el chico sintió que toda la piel de su cuerpo se erizó. 

De inmediato le sostuvo la mano porque detestaba las cosas pegajosas. Era un obsesionado con la limpieza, por lo que, si ese dulce lo tocaba, enloquecería. 

“¿Por qué sigues parado allí? ¡Llévatela ahora! ¡Ve y límpiala!”, le ordenó Tyree al mayordomo con una voz fría. Él quería alejar a la chica a como diera lugar. 

Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, ella lo tomó por el brazo y se echó a llorar, diciendo: “Cariño, ¿ya no me quieres? ¡Yo solo quería alimentarte!”. 

Claire se secó las lágrimas y los mocos con el dorso de su mano mientras continuaba llorando, pero también lo hizo con el traje de su ahora esposo. 

Tyree quedó sorprendido.

El mayordomo quiso reírse, pero no se atrevió, así que hizo hasta lo imposible para contenerse. 

“Cariño, no me alejes. ¡Seré buena y te escucharé!”. 

La joven parecía débil, pero en realidad era muy fuerte, tanto que Tyree no podía zafarse. Incluso su brazo estaba entumecido. 

Cada vez que ella le llamaba “cariño”, su expresión se ensombrecía aún más. 

X

Leer para descubrir un mundo nuevo

Abrir APP